Alejandro Santiago
México
Se trata de esculturas de cerámica cocidas a alta temperatura, cada una con rasgos individuales, las cuales representan a los migrantes de su natal Teococuilco de Marcos Pérez, pueblo de la Sierra Norte.
2501 migrantes surgió después de entrar en contacto con una realidad profundamente dolorosa, la ausencia de 2 mil 500 paisanos y paisanas, quienes emprendieron el vuelo para buscar nuevas oportunidades de vida, porque las posibilidades en el terruño se agotaron.
Cuando Alejandro Santiago volvió a Teococuilco, encontró soledad pues faltaban 2 mil 500 personas en la comunidad, más de la mitad de la población, que había emigrado, más una que corresponde al siguiente migrante, siempre próximo a irse. Después de seis años de arduo y constante trabajo en el rancho-taller a las afueras de su pueblo natal, culminó su propósito de moldear y sacar del horno las 2 mil 501 figuras de su tamaño natural, todas únicas.
Nunca dejado de lado por su creador la intención de restituir a los ausentes de su pueblo natal, hacer una conmemoración a todas estas personas y darle rostro humano y particular al fenómeno de la migración, pues detrás de cada número hay una historia, detrás de cada estadística existen individuos con anhelos, ilusiones y una toma de decisión arriesgada: partir para, tal vez, nunca regresar.
Regresaron las almas de estas personas representadas en sus efigies de barro, ocuparon sus sitio de exhibición en los patios de las casas, en la iglesia, el panteón, el palacio municipal, los caminos: los amigos de la infancia, la familia, conocidos y hasta los enemigos volvieron a habilitar el pueblo.
Alejandro Santiago, nacido en 1964 en Teococuilco de Marcos Pérez, en la sierra norte oaxaqueña, emigró a los nueve años de edad con su familia a la capital del estado en busca de una mejor vida y educación.
De esta manera ingresó al taller de Rufino Tamayo, siendo parte de una generación que vino a renovar la pintura oaxaqueña en los años 80; después viajó a los Estados Unidos y Europa, donde comenzó su política carrera, teniendo exposiciones en París, Bruselas, San Francisco y el D.F., entre otras.
Alejandro Santiago se caracterizó por abordar desde el arte el tema de la migración, además de desarrollar una intensa labor de promoción cultural para ver espacios y llevar el arte a la sociedad. Esa actividad lo llevó a crear dos espacios culturales en Oaxaca: la Telaraña y la Caldera, e impulsar el proyecto de taller 8 A en conjunto con una serie de personajes de la colonia Guerrero de ese estado.
A su muerte en 2013, quedaron inconclusos varios proyectos culturales que impulsaba como a la construcción de un centro artístico en el municipio de Súchil que tongo, Ecla, donde con creadores invitados pretendía realizar talleres de producción escultórica y formación de jóvenes artistas oaxaqueños.
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PREMIOS (Selección):